miércoles, 11 de marzo de 2015

Es como...

Es como cuando necesitas a alguien para hablar y no tienes con quién hacerlo.
Como cuando todo se convierte en nada. Como cuando lo feliz es triste. 
Cuando sientes que todo lo haces mal, que la vuelves a cagar. Y sabes que hay problemas más serios en la vida pero no lo puedes evitar, no te sientes bien contigo misma y no piensas en nada más.
Y entonces te vienes abajo, y no lloras, porque ya casi no sabes cómo hacerlo, pero no duermes, sientes esa opresión en el pecho, esa falta de aire que no te deja respirar y esos horribles cambios de temperatura en el cuerpo que te hacen tener calor o escalofríos. Y te tiemblan hasta las pestañas. Sientes miedo, agobio y esa gran inseguridad que siempre has tenido. Estás irritable y no puedes concentrarte. Y tomas el chocolate como tu tabla de salvación, que no lo es, pero es lo único que te calma en ese momento. Pero no funciona y cuando logras dormir dos horas y te despiertas, sigues sintiéndote igual y al final el chocolate como sabes, no ha servido para nada, pero vuelves a pegarte a él, como si fuese lo único en la tierra. 
Es...como un círculo vicioso.

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